Vale la pena seguir luchando

Me senté con una amiga en un café después de algún tiempo de no vernos. Queríamos ponernos al tanto de todo lo que había pasado en nuestras vidas, ambas casadas y con familia, cuando me mira de repente y rompe en llantos. Rápido la abrazo y solo digo, ven cuéntamelo todo. Comenzó diciendo, tranquila estoy bien solo me dio gusto verte; desde aquella tarde de verano cuando nos vimos por ultima vez. Seguí diciendo, vamos seamos sinceras cuéntame, aquí estoy como siempre para escucharte. Ella suspira y dice, que bien me conoces amiga. Pues no se si recuerdas aquel muchacho que conocimos en la fiesta de la playa, que me gustaba, pero tenía muchas cosas que no eran de mi agrado. Si, ¿qué paso? Pues luego de aquel día comenzamos a salir y luego de algún tiempo decidimos estar juntos. Ya a pasado un tiempo desde que dije si, merece una oportunidad de cambiar. Ahora vivimos juntos y tenemos hijos, pero siento que sigue siendo el mismo. Me mima de vez en cuando, pero a veces siento que es para mantenerme contenta, siento que esconde cosas y todos los días me hago la pregunta, ¿valdrá la pena seguir luchando por esto?, ¿Valdrá la pena amarlo?, ¿Valdrá la pena llorar por él?, ¿Valdrá la pena seguir orando? Tenemos niños, pero estoy dispuesta a seguir si el no pone de su parte, merezco más de lo que el promete. Porque, eso es lo que hace prometer y esas promesas se quedan en el aire y no logro ver más allá. Amiga, que triste escuchar eso. Sabes, yo también conocí un chico hace algún tiempo, al cual también di una nueva oportunidad. Y aunque no a sido fácil, ya que entre altas y bajas fuimos caminado; pero hemos podido salir a flote. También me hice esas preguntas alguna vez, al verlo dormir a mi lado luego de haberme quedado dormida llorando en silencio, para que no se diera cuenta. Pero sabes una cosa, un día me desperté y solo cambie el autor de mi historia y puse a Jesús en mi posición, para entender lo que se siente. Sabes el también paso por rechazos y como crees que se siente cuando tu te apartas y decides dejar de buscarlo cuando todo esta bien. Y es ahí donde me dije, si Jesús siguió por amor a mí, por que yo no podre con esto y me llené de Fe. Fue ahí donde comprendí que mis lagrimas hoy, son la cantidad de bendiciones que vamos a recibir mañana. Comencé a orar por mi familia, por mi hogar y si mientras lloro de rodillas frente a mi cama, se que Dios esta conmigo. Que el pondrá todo en su lugar y que, si él lo quiere para mí, ahí estará como un buen hombre. Sabes amiga mi concejo para ti es, si vale la pena luchar, por que lo que hoy tu vez como un atraso Dios lo ve como propósito. Porque, aunque este así hoy mañana entenderá lo que sus acciones hoy trajeron. No pierdas el enfoque, sigue hablando con Dios y pídele dirección, el siempre.

Ella: Gracias por escucharme amiga.

Amiga: seguro aquí estaré siempre, cuídate; nos vemos pronto...